Nuevo año, nuevos propósitos y nuevos objetivos. Entre ellos, uno de los más comunes es el de mejorar la alimentación y nutrición. Y para ello nos ponemos a dieta. Bien sea por estética, salud o rendimiento deportivo.
Comenzamos con ganas, con motivación sin fallar ni un día. Pero a medida que pasa el tiempo se hace pesado seguir y decidimos tirar la toalla. En algunos casos ni llegamos al primer mes. Y es que el % de fracaso, de los nuevos propósitos del año relacionados con la alimentación, es muy elevado.
¿Por qué fracasan tanto los nuevos propósitos?
Son varios los motivos por los que fracasamos al ponernos a dieta. A continuación, los comentamos.
- Decir que estamos a dieta. Eso hoy en día lo asociamos a pasar hambre, restringir alimentos o sufrir. Durante un tiempo hasta que consigamos lo objetivos. Algo poco prometedor a la larga.
- No nos ponemos objetivos realistas. Mejor centrémonos en que podemos ir mejorando que en querer llegar cuanto antes a nuestro peso objetivo.
- Comenzar patrones alimentarios, dietas o protocolos sacados de internet o que nos ha pasado un amigo.
- No ponernos en manos de un nutricionista cualificado.
- Pensar que el ejercicio no es importante a la hora de mejorar la composición corporal.
4 pilares fundamentales de tu nutrición
Vistos los problemas a la hora de mantener los nuevos hábitos, hemos decidido compartir en este artículo 4 bases fundamentales de tu alimentación para comenzar unos hábitos alimentarios y no fracasar antes o después.
- El primer pilar de tu alimentación ha de ser el de priorizar una calidad y variedad en tu alimentación. Con calidad nos referimos a que debemos de comer alimentos reales. Esos que puedes comprar en el mercadillo del pueblo y que deben de ser la base de tu pirámide nutricional (verduras, frutas, legumbres, carnes, pescados, huevos, lácteos…). Evitando en mayor medida los alimentos procesados y ultraprocesados por la industria alimentaria. Y, como cada alimento nos aporta unos nutrientes distintos, es fundamental ir variando nuestras fuentes de alimentación para poder satisfacer todas nuestras necesidades y no caer en déficits nutricionales.
- En segundo lugar, nuestra alimentación ha de seguir una estructura determinada. En base a nuestras necesidades y objetivos, deberemos de estructurar nuestra alimentación para que a nivel energético y nutricional nos aporte lo suficiente y necesario para mantenernos saludables y lograr nuestros objetivos.
- En tercer lugar, una correcta organización será fundamental para poder adherirnos a los nuevos hábitos alimenticios. Organizar la alimentación semanal con tiempo nos ayuda a realizar una compra inteligente, preparar y conservar los alimentos en base a lo programado, evitar desperdicios y ahorrar dinero. Todo ello hará que no tengamos que improvisar y coger lo primero que nos entra por los ojos al abrir el cajón o la nevera.
- Y, por último, pero no por ello menos importante, hemos de buscar siempre la sostenibilidad. Con sostenibilidad nos referimos a que lo que estamos implantando sean conductas con las que nos sentimos a gusto. No pasar hambre en exceso, no restringir alimentos, no dejar de lado nuestra vida social, no hacer nada 100% sin salirse… Buscando que la rueda que hemos comenzado a girar (y que nuestro esfuerzo nos ha costado) en un futuro sea capaz de girar sola y que solo necesite que de vez en cuando la debamos de dar algún empujoncito.
Como veis no hay magia en los cambios de hábitos alimentarios. Si no sensatez y cordura. Una alimentación correctamente estructurada, organizada, variada con alimentos de calidad y sostenible en el tiempo debería de ser el principal objetivo de este año. Y ahí es donde entra un profesional con garantías como lo son los Dietistas - Nutricionistas cualificados.
Por ir más rápido no llegaremos más lejos.
Nutricionista